El Dormir de los Niños by Maryliana Wickus

Antes de que Mateo llegara a nuestras vidas yo escuche muchos, diferentes y variados comentarios acerca de como lograr que los niños duerman seguido y por largo tiempo. Esto hizo que mi esposo y yo nos dispusieramos a leer, aprender e informarnos acerca de este tema en profundidad. Especialmente porque yo tengo bien claro que soy una persona que necesita dormir bien, para sentirme fuerte, presente y dispuesta a cuidar de otros. Algo que llamo bastante mi atención fue la frase “A los bebes hay que enseñarles que se duerme de noche y se esta despierto de día, por supuesto mostrandoles con claridad la diferencia entre el día y la noche”.  Fue entonces cuando yo comprendí que en realidad el nuevo ser no sabe nada de horarios o de tiempo, ni siquiera sabe distinguir entre la noche y el día. Los padres somos quienes poco a poco enseñamos al bebe a diferenciar entre la noche , el día, el tiempo de dormir, el tiempo de jugar, el tiempo de comer, el tiempo de salir, el tiempo de bañarse, etc.

Les voy a contar como funcionó para nosotros con nuestro pequeño Mateo, y quisás puede que funcione para ustedes también, si deciden aplicar estas o algunas de las sugerencias aquí expresadas. Mateo durmio con nosotros en nuestra cama los dos primeros meses. En el primer mes yo lo amamantaba a demanda y luego comenzamos a cambiar la frecuencia de amantarlo durante la noche. Al principio, cuando se despertaba, lo tomaba en brazos y lo ponia al pecho por un breve espacio de tiempo hasta que se calmaba, pero sin dejarle lleno y sin dejarlo dormir del todo. Luego lo retiraba del pecho y lo mecia entre mis brazos hasta que se dormía.

Al cabo de dos o tres dias ya no le introducia el pecho si no que lo tomaba directo entre mis brazos para mecerlo, a la vez que creaba sonidos calidos con mi voz, hasta que el bebe se volvia a dormir. Siempre le repetia con voz muy suave “ahora es momento de dormir, es de noche y estamos todos durmiendo.” Luego al cuarto día aproximadamente yo lo tomaba en mis brazos para calmarlo y enseguida lo colocaba en su lugar para dejarle que se durmiera por sí mismo, quisas tocandole la espalda suavemente por corto tiempo. Aún cuando nuestro cansancio era grande, fue bien importante tener la paciencia necesaria para no rendirnos y asi no terminar dandole de mamar. Unas noches fueron mas difíciles que otras, pero en realidad todo este proceso solo duro aproximádamente entre seis y siete dias. A partir de entonces nuestro bebe comenzó a dormir 6 y 7 horas continuas.

Por las mañanas al despertar le cantabamos una canción de buenos días a laz vez que le abria un poco las cortinas para dejar pasar la claridad del día. Le repetia con suavidad, “Es hora de despertar, es hora de mirar el sol y disfrutar del día.” Yo estoy segura que el hecho de explicarle de manera muy breve y con palabras bien sencillas lo que hacemos de noche y lo que hacemos de día, nos ayudo enormemente durante el proceso. A los tres meses nuestro pequeño dormía solo en su cuna, pero continuaba en la misma habitación con nosotros. Cada día alrededor de las ocho de la noche, después de un delicioso baño tibio, le cantábamos la canción para ir a dormir, a la vez que cerrábamos las cortinas, y apagábamos las luces para hacerle notar lo que es el tiempo de la noche. Luego le amamantaba y le daba las buenas noches colocándolo en su cuna aún sin que estuviera completamente dormido.

Algunas veces lo movía sutilmente para dejarle ver que estaba en su cuna solo. Esto es debido a que el niño al dormirse se le grava en su memoria la última imagen de como y donde se durmió. Si la memoria que tiene es verse dormido solo en su cama, probablemente existen pocas posibilidades de que se despierte en el medio de la noche y extrañe a su mamá o a la persona a quien se le durmio en los brazos. Si se duerme arruyadito en los brazos de mamá o papá y se despierta a media noche, se va sentir solo y confundido, lo que probablemente lo hará llorar y necesitar a su cuidador. Ahora Mateo a los 18 meses duerme solo en su habitación y sin interrupción. Seguimos cantándole la misma canción de las buenas noches y creándole el ambiente adecuado para dormir. Mateo se va a dormir con mucha facilidad y no se questiona ni un solo momento otra posibilidad, inclusive habiendo otros niños en la casa, porque sabe que esa es la hora de dormir. Para nosotros es importante que nuestro pequeño finalmente aprendido a dormir solo, lo que hace que él utilice sus propias fuerzas vitales para ascender y descender de ese mundo espíritual del que vienen.

Para mí una de las cosas mas importante es saber marcar los tiempos con gestos, canciones y la áctitud adecuada para cada momento. El niño internaliza enseguida la acción repetitiva acompañada de la misma bonita melodía cada vez, asociandolo con el hecho de ir a dormir o a tomar la siesta, lo que hace que nunca se plantee ni la menor duda de que ese és, el momento de ir a la cama.

Nuestro pequeño tomo dos siestas diarias de una hora y media cada una y así lo hizo hasta los 16 meses, ahora toma una sola siesta de tres horas después de comer el almuerzo. Para mí fueron muy importantes dos cosas que hicieron exitosas sus siestas. La primera es saber que no debemos dejar que el niño este sobre cansado. Esto significa que el niño debería de tomar la primera siesta entre dos y tres horas después de que se ha despertado en la mañana. De la misma forma el niño debería de tomar la segunda siesta entre tres y tres horas y media después de haberse despertado de la primera siesta. Por supuesto esto se refiere a: entre el nacimiento , y alrededor de los 16 a 18 meses. Ya que a los 18 meses es cuando, generalmente, pasan a dormir una sola siesta. La segunda es saber marcarle con claridad el momento de la siesta repitiendole la misma canción a la misma hora aproximádamente.

El tema del dormir es demasiado controversial. Nuestra apreciación se basa en nuestra experiencia, lo que nos ha hecho determinar una forma que ha funcionado perfectamente para nosotros. Cualquiera sea el método que estes utilizando puedes cambiarlo, si así lo deseas y entrenar al niño para que duerma de manera diferente. Sobre todo si la elección que habías tomado esta afectando el sueño de los padres y por ende, la armonía familiar. Los cambios bruscos o repentinos producen mucho estres en el niño, por lo que mi recomendación es que cualquier idea nueva, sea introducida al niño de manera lenta y progresiva, poco a poco, para darle tiempo a la adaptación del mismo en la nueva forma. Si un niño ha dormido durante dos años en la misma cama con sus padres y ahora queremos que duerma solo en su habitación, el proceso de cambio debe ser lento. Debemos colocarlo en una cuna o cama aparte pero en la misma habitación de los padres, luego la vamos moviendo de lugar, dejandola cada vez más distante hasta que llegue a su habitación. Una vez que el niño se encuentre en su habitación, deberiamos acompañarlo hasta que se duerma, entre dos y tres días. Este cambio debería tomarnos una semana o más, hasta que finalmente podamos acompañarle solo durante cinco a diez minutos y dejarle para que se duerma por si mismo. Para los padres será una semana dura y difícil, pero realmente vale la pena para todos. Lo más importante es recordar siempre, que todos los cambios en la vida de un niño deben hacerse lentos y de manera progresiva.

Maryliana Wickus obtuvo su certificado del entrenamiento  de la temprana infancia que ofrece Lifeways en Austin, Texas. Maryliana esta muy feliz de quedarse en casa con su pequeño Mateo de 18 meses y poder aplicar todos los conocimientos aprendidos con Lifeways.